
Sin hacer concesiones a los términos de moda, ni entrar en la absurda polémica de la posmodernidad, delimita Balandier en este libro los rasgos característicos de la más reciente etapa de la cultura Occidental, con una agudeza y un acierto en la elección de los elementos tipificadores que revelan, por contraste, la pobreza de datos y la falta de imaginación teórica de Baudrillard, Lyotard y sus epígonos.