

Historia y leyenda, amor y misterio, presente y pasado: estos son algunos de los ingredientes de esta saga familiar llena de escenarios sugerentes y giros impredecibles. Lucinda Riley nos presenta a Maia, una joven que desconoce sus orígenes. Cuando llega la hora de buscar respuestas, ¿está preparada para saber la verdad?
Maia D’Apliese, una chica atractiva y algo tímida, llega a la mansión donde creció junto a sus hermanas, en Suiza. No es una cita corriente, ni la familia de Maia es como las demás. El motivo de la reunión es el funeral de su padre, un hombre que ha dejado mensajes para cada una de sus hijas. Todas fueron adoptadas en distintas partes del mundo. Maia abre su carta y decide que irá hasta el lugar donde están sus verdaderas raíces.
Río de Janeiro, años veinte. La ciudad está en plena Belle Époque. Allí conocemos a Izabela, una joven dispuesta a aceptar los consejos de su padre. Se casará sin duda con un aristócrata. Pero antes hará un viaje a Europa junto a una amiga, hija del arquitecto Heitor da Silva Costa. Heitor está inmerso en un proyecto colosal, el Cristo Redentor, y tiene que ir a París en busca del único escultor que puede enfrentarse a una obra de tal magnitud. Este viaje será crucial. Y al tratarse de París, puede que Izabela renuncie a los planes que su padre tenía para ella. En estos casos, el amor suele cargar con todas las culpas.
Estas son algunas de las pistas que Maia encuentra en el pasado. Tendrá que descubrir por qué su enigmático padre adoptivo fue a buscarla. Y sobre todo, ¿quién es, en realidad, Maia D’Apliese?