
El joven Sir Pertinax es armado caballero y desde ese momento abandona el castillo familiar y sale a recorrer en solitario los caminos, en busca de fortuna. Sólo que los caminos de su planeta natal son grandes autopistas sin fin. Y los caballeros viajan a través de ellos, en busca de aventuras, a bordo de castillos rodantes, asistidos por escuderos que son robots, y justando entre ellos con ayuda de lanzas flamígeras que producen tremendos efectos. Y, sobre todo ese mundo neomedieval, planea la sombra de su Rey Arturo, que es mentor y guía de sus cultura caballeresca.