

El doctor Frankenstein desafía a la naturaleza creando, de fragmentos humanos, un ser que espanta a quienes lo ven, incluido a su autor. El monstruo es un ser bondadoso que sufre el rechazo, silencio y soledad impuestos como una condena. Anhela compartir su aislamiento con otro ser pero el científico se lo niega. Su carácter se torna violento. Alguien tiene que morir.
Mary Shelley empezó a gestar esta novela en el verano de 1816, un verano lluvioso y sin apenas sol. Tal vez estas circunstancias extraordinarias propiciaran este relato de terror, en el que no solo se cuenta la historia del joven científico Victor Frankenstein y su "demoníaca criatura", sino que se abordan temas fundamentales de la naturaleza humana plenamente vigentes en la sociedad actual.