Diario de 360º es una novela con la apariencia formal de un diario, porque lo que propone es el calendario de la vida, sus ritmos tan secretos como determinantes: días de la semana, meses, lunas, estaciones. A cada una de esas secuencias temporales le corresponde un hilo temático, que evoluciona constantemente de la ficción a la disquisición, pasando por el escrito autobiográfico.

Así, mientras el eje argumental corresponde a los domingos, apoyado por el relato sin personajes de los lunes y el contrapunto urbano de los sábados, los martes desarrollan una reflexión literaria que se hace extensiva a la marcha del mundo en los miércoles, para derivar a la anotación autobiográfica de los jueves y hacerse aún más íntima y recóndita los viernes, hasta convertirse todo en un solo fluir narrativo. El libro, así pues, permite varias lecturas, según se elija, por ejemplo, un día de la semana u otro. Lo recomendable, sin embargo, es la lectura lineal, ya que los diversos hilos temáticos convergen hasta integrarse en un todo distinto a la mera suma de las partes.

Diario de 360º es un viaje a lo más profundo de la conciencia, que constituye, al mismo tiempo, un viaje al punto con mayor visibilidad del universo. Un libro cuya lectura equivale a entrar en el bosque del que se nos habla en sus páginas, un lugar en el que cada uno encuentra lo que ha buscado durante toda su vida o, según el caso, lo que nunca ha buscado.