
En la primavera del año 587, dos monjes iniciaron un viaje extraordinario por el mundo bizantino, desde las costas del Bósforo hasta las dunas de Egipto. Se alojaron en cuevas, monasterios y ermitas, y recogieron la sabiduría de los estilitas y de los padres del desierto antes de que su frágil mundo se desmoronara bajo la gran irrupción del Islam. William Dalrymple emprendió el mismo recorrido casi mil quinientos años después, y en su peregrinaje encuentra joyas de la antigüedad intactas, pero también una sangrienta guerra civil en Turquía oriental, las ruinas de Beirut, las violentas tensiones de Cisjordania.