
Busca el placer que no venga seguido de ningún dolor. Epicuro.
Todos, desde la infancia, hemos mirado a la bóveda celeste, preferiblemente de noche, pero también de día, para observar la posición y los movimientos de los astros. También nosotros formamos parte del universo, porque nacimos en él y porque de él depende nuestro destino cósmico. Sus dimensiones nos cuasan vértigo, pero son unas dimensiones accesibles a la comprensión humana. Este libro está dedicado al placer de la contemplación del cielo y a la exploración del universo y sus orígenes.