
Deseando dar vuelo y rienda suelta a nuestra fantasía, nos hemos refugiado en el Antiguo Oriente. ¿Adónde iríamos a parar, si sobre lo histórico quisiésemos recamar, bordar y completar con la fantasía? Por esto, repetimos, nos vamos al antiguo Oriente. Allí donde la ciencia no llega, es donde la imaginación y la poesía deben volar.