

Seis artistas del crimen, especializados cada uno en una rama particular, se han unido para expoliar a la sociedad. En seis meses el botín nen joyas y billetes asciende a 250.000 libras. Scotland Yard, aunque conoce su identidad, una y otra vez se ve frenado por le perfección de sus coartadas.
Sorprendido en una fechoría, que es su primer fallo, el miembro más joven de la pandilla, se atemoriza y es muerto de un disparo de sus propios compañeros. El inspector Halroyd, contemplando el cuerpo del enmascarado malhechor, hace la promesa de llevar ante la justicia al resto de los seis hombres.
En una labor solitaria, el inspector los persigue, los acecha, comprueba costumbres y peculiaridades, hasta llegar al final de esta vivaz y excitante narración, en un dramático desenlace, probablemente único en los anales de la novela policíaca.