
En esta novela "Un muerto en Berlín" se confunden las fronteras entre ficción y realidad. No se trata solamente de una novela policíaca, sino que expone un mecanismo de la conducta humana. El crimen no es un elemento extraño a la sociedad, sino una tentación. De ahí el éxito de literatura policíaca como evasión de los deseos reprimidos.