

«… Volviendo a los huevos de tortuga, diré que me proporcionaron un banquete exquisito, pues pude añadirles sal. Su gusto me pareció extraordinario. Pero mi satisfacción se vio turbada muy pronto, cuando me di cuenta de que se me estaba acabando la yesca. Las ocupaciones de los días precedentes me impidieron pensar algo al respecto. ¿Qué sería de mí, privado de los medios de encender fuego? ¿Me vería forzado a alimentarme sólo de ostras, de bellotas y de huevos crudos?…»
Después de muchos Robinsones barbudos, aparece este jovencísimo Robinsón de 12 años, que, valerosamente solitario, va a recorrer los ciclos de la humanidad, con la construcción de su casa, la caza y la pesca, en busca de comida, el cuidado del rebaño y de la tierra. La historia de Robinsón es un tratado de energía.
En este libro se nos muestra la actividad que despliega un ser humano al encontrarse solo en una isla desierta. La singular historia, el relato de las aventuras de este pobre náufrago, es algo tan insólito, que el lector siente este libro como algo único, y su fascinante atractivo le lleva de sorpresa en sorpresa hasta las últimas páginas.