
El 4 de abril de 2004 Lula Gómez viajó a Perú como turista y fue detenida en el aeropuerto de Lima a causa de una orden de busca y captura que pesaba contra una persona que se llamaba como ella a la que acusan de narcotráfico. Pasó trece días en la cárcel, en el Penal de El Chorrillo de Lima, hasta que el gobierno peruano admitió su error. Fue liberada gracias a las gestiones de Interpol, de su familia y de la Defensora del Pueblo peruana. Fruto de la experiencia escribió el libro Condenadas al Silencio en el que refleja la situación de mujeres -según explicó la autora- encarceladas simplemente por ser pobres.