

¿A quien no le apetece una ensalada con tomates de verdad? ¿Queda algún urbanita sin querencias campestres? ¿No resulta un pelín aburrido tanto geranio y tanta flor de puro adorno? Es hora de darle un nuevo uso a la terraza. Da igual que no se tenga ni idea de semillas y abonos, y tampoco resulta imprescindible disponer de una azotea enorme o de un amplio balcón, hay hortalizas, verduras y hierbas aromáticas cuyo cultivo cabe en pequeños espacios. Las 128 útiles páginas de este libro facultan a cualquiera para convertirse en un satisfecho agricultor.
Cultivar tomates, pimientos, berenjenas, calabacines, cebollas, acelgas, judías... está al alcance de cualquier persona que disponga de un balcón o de una terraza. El cultivo urbano es una actividad aconsejable en cualquier circunstancia, pero resulta especialmente indicada en tiempos de crisis. Con ninguna otra se consigue tanto provecho: se aprende de la naturaleza, se cuida la salud, se disfruta del tiempo de ocio y se ahorra dinero.