
El niño duende. La princesa de Babilonia. La leyenda de Santa Lucía. La llama sagrada. El tío Rubén.
El niño duende: La mujer de un viejo gnomo se paseaba por el bosque llevando a su pequeño en una especie de cuévano de corteza, a la espalda. Era gordo y feo, con cabellos espesos y rígidos como cerdas de jabalí, dientes agudos y, en el dedo meñique, una garra en lugar de la uña, pero a su madre le parecía muy hermoso…