

Francisco Ferrer Guardia llamo un día "burro" al maestro y, como es de suponer, fue severamente castigado.
"Educar equivale actualmente a domar, adiestrar, domesticar...," dijo Ferrer años después.
Así, para sentar las bases de la Escuela Moderna, solo necesito "tomar lo contrario de lo que viví en mi infancia."
El resultado fueron las propuestas que mayor influencia han ejercido en los métodos de enseñanza del siglo XX.
Ferrer, conocido pensador y militante libertario, reunió en el libro La Escuela Moderna -que se ha traducido a todos los idiomas y ha sobrevivido a largos periodos de silencio y clandestinidad e nuestro país- su teoría pedagógica y sus aplicaciones practicas, insoslayables para todos los educadores progresistas.
La Escuela Moderna fue un modelo educativo inspirado en las ideas de renovación pedagógica que recorrían Europa a finales del siglo XIX. Elementos importantes de la pedagogía contemporánea estaban presentes en los pilares de esta institución: el alumnado como sujeto activo de la enseñanza, la evaluación continua, el centro de interés o el aprendizaje a lo largo de la vida. A partir de la coeducación de sexos y clases sociales, se acompañaba al alumnado en procesos de enseñanza vinculados a su entorno y basados en la racionalidad y el método científico. Era una educación libre, sin asistencia obligatoria, que propugnaba por desarrollar la máxima libertad de los niños y niñas.