

Este libro acerca el lector a las grandes visiones del amor ligadas a la evolución del arte cinematográfico durante su siglo de existencia, pero sobre todo induce a la reflexión, contagia entusiasmos y aniquila certezas.
¿Estará sucumbiendo el amor romántico occidental, cargados de valore de larga tradición? ¿Todavía somos capaces de creer en el deseo, en su poder y su esencia regeneradora, todavía somos capaces de crear el amor? Y en este caso, ¿cómo definir la trayectoria de una emoción –de algo que a veces ni siquiera es movimiento, sino una porción de energía contenida-, qué sentido castrador tiene nombrar un tipo de conocimiento abierto a lo imposible?
Las preguntas son las mismas para todos, pero el cine no ofrece respuestas unívocas: cada época o estética, director o película, símbolo o imagen aportan su verdad particular, sincera e intransferible.