Jerusalén, año 57 A. D. Paulus está a punto de ser asesinado por los judíos que lo acusan de introducir a un incircunciso en el Templo. Amparándose en su condición de ciudadano romano, Paulus logra eludir la muerte, pero es encarcelado en el pretorio de Herodes. Mientras espera que se resuelva su causa, encomienda a Lucano, un colaborador suyo, que reúna todos los datos posibles acerca de Jesús, un judío que fue crucificado por Poncio Pilato en el 30 A. D. y que afirmó ser el Hijo del Hombre que Dios enviaría para implantar el Reino.

Lucano emprenderá así un viaje por Galilea, Perea y Judea que le pondrá en contacto no sólo con los que conocieron a Jesús y le siguieron, sino también con un manuscrito escrito por uno de sus primeros discípulos en el que se recogen sus enseñanzas.

Escrita por César Vidal, el maestro indiscutible de la novela histórica en España, El Hijo del Hombre constituye un incomparable trayecto no sólo por el Israel del s. I A. D. en el que se entrelazaban dramáticamente los deseos de independencia del pueblo judío, el ansia de dominio del imperio romano y las esperanzas de liberación de la Humanidad, sino también por las profundidades más recónditas del alma humana ligadas a unas pasiones que son tan poderosas y perennes en la actualidad como hace veinte siglos. En las páginas de El Hijo del Hombre encontramos al Jesús que ni los poderes de su tiempo, ni los de nuestra época pueden consentir o tolerar.