Los Ades han descubierto que sus extrañas virtudes son herencia de los Dominadores de Almas, seres considerados ángeles por su impresionante belleza y longeva juventud que aparecieron en la Tierra para guiar a la humanidad. Pero los Ades no son sus únicos descendientes, pues los cruentos Vein también lo son; ellos son obra de Noah, un Dominador de Almas cuya única finalidad parece ser la de destruir cuanto crearon sus hermanos.

Para sobrevivir, los Ades deberán enfrentarse a él sabiendo que un Dominador de Almas Original únicamente puede ser eliminado por un igual y tan sólo queda Noah. Es una batalla que no pueden vencer y de la que no podrán huir, pues el creador de los Vein… ya les ha encontrado.

«¿Qué es eso de “Original”? Los Dominadores de Almas no necesitamos ningún adjetivo extra, pues no existen, ni han existido nunca, más Dominadores de Almas que los siete primeros. Esos otros entes que se denominan a sí mismos como tal, no son más que Marcados ególatras un poco más poderosos que los demás, pero ni son, ni serán jamás, Dominadores de Almas.»