Lazarillo de Tormes (Anónimo) Bibliotex El Mundo Joyas 67 o Visor Editorial

Lázaro, hijo de un ladrón y acemilero, queda huérfano en Salamanca. Estará al servicio de diferentes amos (un ciego, un hidalgo arruinado, un clérigo avaricioso, un fraile de la Merced, un burlero farsante, etc.), y ejercerá varios oficios, que permiten al narrador realizar una sátira de los diferentes estamentos de la sociedad de la época y reflexionar con ironía sobre el tema de la honra.

Tras perder a su padre, Lázaro de Tormes se asienta como siervo de un ciego con quien aprenderá las más refinadas artimañas para subsistir. La picaresca será su mejor arma para prosperar.

En 1554 se publica en Burgos, Alcalá de Henares y Amberes el Lazarillo de Tormes, ediciones procedentes, según Riquer, de un original seguramente perdido. En 1559 ya era condenado por la Inquisición. Su éxito fue tan grande que Felipe II tuvo que encargar a su secretario la publicación expurgada bajo el título del Lazarillo castigado (en 1573).

Respecto al primer Lazarillo hay que decir que dos años después de su publicación abdicaba Carlos V y a los tres años se declaraba la primera bancarrota del Estado. Esa era la España y el Imperio reales que el anónimo autor de una de las novelas fundamentales de nuestra literatura antigua reflejó en su stendhaliano espejo. El lector que quiera conocer aquellos tiempos sólo tiene que mirar por encima del hombro del protagonista y seguir sus iniciáticas aventuras: un jovencito entregado por su madre a un ciego malvado como lazarillo, y que luego iría pasando sucesivamente por las manos de un clérigo avariento, un hidalgo famélico, un mundano fraile de la Merced, un buldero, un aguador y un alguacil, para al fin tener matrimonio con una criada barragana de su señor y ser beneficiado a la vez con cuernos y un puesto de pregonero en la imperial Toledo. El libro, de corta extensión y uno de los más divertidos y amenos de la literatura mundial, acaba cuando Carlos V entra en la ciudad, hecho que coincide con el momento en el que el protagonista se cree «en la cumbre de su fortuna».